martes, 31 de julio de 2007

Barcelona: Flamazo

¡Con el apagón que cosas suceden!. Resulta que hoy 31 de julio caminaba por la calle de Sardenya esquina con Ribes, aquí en Barcelona, cuando observé a los bomberos, a la guardia urbana cerrando la calle con cinta amarilla porque uno de los registros estaba con humo negro ya que había ocurrido un flamazo en un registro eléctrico. Vaya, comenté a una persona, ahora haré más caso cuando me dice que tenga cuidado con los registros eléctricos cuando llueve porque según parece alguna vez dijeron en la tele que al menos un par de perros se habían electrocutado.
Menudo lío con esto de la luz, creo que aquí es cuando le doy la razón a los políticos de México que no dejan que la compañía eléctrica se privatice.

lunes, 30 de julio de 2007

Barcelona: Talaveras de Puebla

Hay un hilo invisible que enlaza las culturas árabe, española y mexicana: las hermosas vasijas de loza vidriada, conocidas como Talaveras de Puebla. Esta cerámica de influencia árabe, originaria de Talavera de la Reina (Toledo), de donde pasó a México en la época colonial, es por primera vez objeto de una gran exposición, Talaveras de Puebla. Cerámica colonial mexicana. Siglos XVII a XXI, abierta al público en el Museo de Cerámica de Barcelona (Palacio de Pedralbes), hasta el 2 de septiembre.

A pesar de su calidad y belleza, la cerámica de Puebla no está representada en los museos españoles y sólo se han podido localizar una media docena de piezas en colecciones privadas", señala la comisaria de la exhibición, María Antonia Casanovas, conservadora del museo barcelonés, que ha conseguido el préstamo de dichas obras de los galeristas Federico Bentham e Ignacio Lassaletta. Las demás piezas que componen la selección, casi un centenar, proceden de las dos mejores colecciones mexicanas: la del Museo Franz Mayer de la Ciudad de México y, sobre todo, la del Museo José Luis Bello y González de Puebla, que conserva un fondo extraordinario de más de 4.000 Talaveras.

En los tiempos de la colonia, la ciudad de Puebla de los Ángeles gozaba de una posición estratégica entre los puertos de Veracruz y Acapulco, donde confluían las rutas marítimas, que abastecían al nuevo mundo de productos procedentes de España y Oriente. Las higiénicas técnicas árabes, junto con las formas chinas y la herencia artística del Renacimiento italiano, llegadas a México de la mano de los loceros castellanos que acompañaban las expediciones de frailes dominicos, se impusieron rápidamente, desplazando las manufacturas prehispánicas de terracotas, realizadas y decoradas a mano. La expansión de esta nueva industria fue tal que en 1653 se tuvo que promulgar una ordenanza para regular su producción y garantizar su calidad. Tras su clausura en Barcelona, la exposición se presentará en el Museo de Cerámica González Martí de Valencia y en el Museo de América de Madrid.
Tomado de El País.

viernes, 27 de julio de 2007

Barcelona: Alabemos a los ciudadanos enfadados



Le comento a mi esposa que en España, durante el tiempo que he vivido he notado el poco cuestionamiento que hacen los españoles a la autoridad tras casos como los siguientes:

En 2006 los trabajadores de Iberia invadieron las pistas del aeropuerto de Barcelona y ningún medio cuestionó a las autoridades de la empresa sobre el particular, o al menos, no con el mismo énfasis con el que persiguen a la gente los programas del "corazón".

Hoy encontré este artículo en El País, que sintetiza mi sentir.

Alabemos a los ciudadanos enfadados. 27-Julio-2007
Con este título, Soledad Gallego Díaz publica hoy en el diario un artículo a propósito del apagón de Barcelona. He aquí algunas de sus reflexiones:
Alabemos a los ciudadanos que se enfadan por los motivos correctos, con las personas indicadas, de la manera apropiada y en el momento exacto. Lo dice Aristóteles, así que alabemos a los barceloneses, sometidos no sólo a un apagón eléctrico sino también a un vergonzoso diluvio de declaraciones, intencionadamente confusas o aprovechadas, de responsables empresariales. En estos lamentables días, los únicos que están manteniendo la seriedad son los vecinos de la ciudad, que han dado ejemplo de dignidad, solidaridad y paciencia.
Lo increíble de esta historia no es que se haya producido un apagón, sino que las empresas responsables del suministro eléctrico de una ciudad como Barcelona hayan sido incapaces de solucionar el problema en menos de tres días y, peor aún, que al cabo de esos tres días la ciudad se siga abasteciendo, en parte, con 134 generadores (como un territorio en guerra) y que se anuncie una "situación precaria" para nada menos que los próximos cuatro meses.
No se trata de que el Estado haya invertido más o menos en Cataluña, aunque seguramente los catalanes tienen razón y, en los últimos diez años (que no antes) sí existe un déficit de inversión estatal. De lo que se trata aquí es de la inversión que debían haber hecho empresas concretas, con responsables concretos, que nos cobran a los ciudadanos, a todos, catalanes y no catalanes, unas tarifas determinadas, mes a mes, a cambio de unos servicios.
En lo que sí existe culpa de la Generalitat y del Gobierno de la nación, y muy grande, es en no haber vigilado que esas empresas cumplieran con sus obligaciones. Es curioso que a la hora de reprochar a la Administración central una pretendida falta de voluntad política, Esquerra Republicana se haya visto obligada a dar cuenta de la eventual inquina de cuatro catalanes: el ex ministro José Montilla, el actual titular de Industria, Joan Clos, el secretario general de Energía, Ignasi Nieto, y la presidenta de la CNE, Maite Costa. Difícil creer que tuvieran la voluntad de perjudicar expresamente a Cataluña. A la hora de la verdad, el problema no es que en Barcelona vivan catalanes. El problema es que son ciudadanos y consumidores y que ellos, como los usuarios del resto del país, están muy poco defendidos en España.

jueves, 26 de julio de 2007

Ciudad de México (Mexico City)

Video excelente sobre la Ciudad de México (Mexico City). Una vista a vuelo de pájaro de la grandeza y modernidad de la gran ciudad.

Niegan entrada en España a turistas mexicanos

Tomado de La Jornada 8 de junio de 2007.
Niegan entrada en España a turistas mexicanos
Endurece requisitos para extranjeros; exige solvencia económica y boleto de regreso
ARMANDO G. TEJEDA
Madrid, 7 de junio. Visitar España como turista es hoy más difícil y problemático que antes. El gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero impuso una nueva normativa para ''los extranjeros'' que visiten el país -con la excepción de los comunitarios, suizos y andorranos-, en la que se les exige una serie de condiciones, entre ellas la de probar solvencia económica y presentar el boleto de regreso; en caso contrario, son expulsados a través de un proceso de urgencia. Al menos dos turistas mexicanos -una mujer y un hombre- han sufrido en carne propia la severidad de esta ley que entró en vigor el 13 de mayo, con lo que se sienten atropellados en sus derechos y víctimas de un trato vejatorio por parte de la policía española.
María del Rosario Joya Cepeda, de 28 años, viajó a Barcelona el 4 de junio con el objetivo de encontrarse con su novio Marco Polo Avila, quien realiza estudios de posgrado en la Universidad Politécnica de Cataluña. Joya Cepeda es la jefa del Departamento de Síntesis, Análisis y Monitoreo del ayuntamiento de Toluca, y decidió aprovechar sus vacaciones y los ahorros para emprender el viaje a España, país que visitaba por primera vez y que pensaba recorrer con su pareja.
Pero la joven mexicana ni siquiera logró traspasar las puertas del aeropuerto. Según explicó a La Jornada Polo Avila, el traslado de México a Madrid transcurrió sin pormenores, pero cuando abordó el vuelo que la trasladó de la capital del país a Barcelona no sabía que ahí comenzaba su ''pesadilla''. Al llegar al control fronterizo del aeropuerto del Prat, los policías españoles le reclamaron una serie de documentos -como la reservación de hotel- y le exigieron que demostrara que tenía dinero suficiente para permanecer en el país dos semanas. Ella, nerviosa y estupefacta ante la situación que estaba viviendo, les mostró los 600 euros en efectivo que tenía en su poder, así como los estados de sus cuentas bancarias, el comprobante de que tenía un empleo estable en México y un número de teléfono de una persona residente en España.
Todo fue en vano. Los agentes españoles le abrieron un expediente de expulsión fulminante, para lo que contó con un abogado de oficio que ''se limitó a firmar papeles, pero en ningún caso a defenderla'', según la versión de Polo Avila. Así, en menos de 12 horas, la turista mexicana ya iba de regreso a México, con orden de expulsión y bajo el argumento legal de las autoridades españolas de que no cumplía con los requisitos necesarios para viajar como turista en España.
Cabe señalar que esta normativa se adoptó con la finalidad de impedir la entrada de migrantes ilegales a través de los aeropuertos españoles, la mayoría de ellos procedentes de América Latina, sobre todo de Ecuador, Colombia, Perú y República Dominicana. En cualquier caso, nunca hasta ahora este tipo de medidas restrictivas se habían aplicado con tal celo contra mexicanos, quienes, por otro lado, representan uno de los colectivos de turistas más importantes del país.
Según explicó Polo Avila, su novia también sufrió ''presión sicológica, siendo retenida en condiciones nefastas'', por lo que apuntó que ''es indignante el trato a los mexicanos y es triste observar la poca memoria histórica que tienen las autoridades españolas que no recuerdan cuando en la Guerra Civil y en la dictadura de Franco el gobierno mexicano abrió las puertas a sus ciudadanos, entre ellos intelectuales, artistas, médicos, científicos y, por supuesto, al resto del pueblo español; todos ellos bienacogidos por México durante muchos años. Ahora el gobierno español responde con un golpe bajo a nuestra dignidad''.
Por esto, señala Polo Avila, ''¡ya basta! La sociedad en nuestro país debe conocer los atropellos que el gobierno español realiza en contra de los mexicanos. Ojalá que en estaocasión seamos solidarios como hemos sido en otras ocasiones y exijamos a nuestro gobierno proteger nuestros derechos internacionales frente a cualquier gobierno que abuse de ellos".
Fuentes oficiales de la policía del aeropuerto de Barcelona explicaron que el caso de la joven mexicana se decidió porque "no cumplía con los requisitos para entrar como turista en el país", una vez que no "tenía el dinero suficiente", no presentó reservación de hotel y "la persona que facilitó como contacto no se quiso hacer responsable de su situación en el país". Extremos negados tajantemente por la joven afectada y su pareja.
Pero el caso de María del Rosario Joya Cepeda no es el único. Este periódico ha constatado que desde la entrada en vigor de esta nueva norma se han llevado a cabo otras expulsiones, entre ellas la de Julio Villegas Campuzano, quien fue deportado el 31 de mayo pasado.
Desde el Ministerio del Interior español, responsable de girar la orden a los aeropuertos españoles, se justificó la medida, al señalarse que la "normativa es de obligado cumplimiento" para todos los turistas que viajen a este país.
La ley refiere que "la exigencia de acreditación de recursos económicos se hará en modo sistemático y exhaustivo en las fronteras exteriores, en las entradas de transportes terrestres, marítimos y aéreos".
¿Qué hacer en un caso similar?
Anteriormente los ciudadanos mexicanos sólo necesitaban del pasaporte en vigor para viajar a España.
En la embajada de México en este país -que continúa acéfala desde el pasado 28 de febrero, cuando concluyó funciones Gabriel Jiménez Remus- explicaron que la información de las nuevas condiciones para viajar a España están en la página electrónica de la sede diplomática y de la Secretaría de Relaciones Exteriores, pero que en cualquier caso se recomienda a los ciudadanos que hayan enfrentado una situación similar que acudan a la sede en México de esta dependencia para presentar una queja oficial.

miércoles, 25 de julio de 2007

Apagón en Barcelona

Un grupo de hombres trabajan en la calle Lepanto de Barcelona, para pasar un cableado que sustituya a los generadores y dar así suministro eléctrico de forma provisional (Foto: EFE).

En casa no fue hasta el miércoles 25 de julio que resentimos algunos apagones. Lo caótico es la calle de Lepanto donde hoy aparecieron muchas camiones y obreros para apresurar las obras que ya tienen mucho tiempo realizando. Es increíble como cuando los gobiernos quieren logran resultados rápidos.

Aquellos, niños aquellos años


"... que los niños tuvieran entre 3 y 15 años. El contingente se concentró en Valencia, y procedía mayoritariamente de familias trabajadoras de esta ciudad, Barcelona, Madrid y Andalucía." Leí en al artículo de El País que a continuación copio, para que quede constancia de la generosidad de México con España.
REPORTAJE: MEMORIA HISTÓRICA
Aquellos niños, aquellos recuerdos
Enviados a Morelia (México) para salvarles de la Guerra Civil, se sienten por fin españoles de primera
FRANCESC RELEA 22/07/2007
Salieron de España en un viaje que creían de ida y vuelta. Sus padres les aseguraron que sería cuestión de pocos meses. Pero la Guerra Civil se alargó de manera infernal hasta que los golpistas se impusieron y acabaron con el Gobierno de la República. Aquellos niños que llegaron a México en plena guerra fueron los pioneros del exilio republicano español. Son conocidos como los niños de Morelia, porque esta ciudad fue su destino final. Y ahora, se rescatan las imágenes de aquellas imágenes en la exposición Literaturas del exilio, que el presidente Rodríguez Zapatero inauguró la semana pasada en la capital mexicana.
El diario Excelsior tituló el 9 de junio de 1937 en primera página: "México recibe a sus nuevos hijos". Dos días antes había arribado al puerto de Veracruz el vapor Mexique, de pabellón francés, con 456 niños españoles a bordo. Todos los buques atracados en la bahía hicieron sonar las sirenas. En tierra, miles de personas convocadas por organizaciones gremiales y populares dieron la bienvenida a aquellas criaturas que acababan de cruzar el Atlántico huyendo de la guerra. El viaje en tren hasta Ciudad de México fue un recorrido por un territorio amigo, que vitoreaba a los recién llegados. En la estación Colonia de la capital mexicana, los niños fueron recibidos como héroes por unas 30.000 personas. Las imágenes de la época muestran a chiquillos de rostro desconcertado, cargando sus maletines y levantando el puño ante las cámaras. Entre ellos, una niña y su muñeca en brazos de un oficial del Ejército mexicano. Es Amparo Batanero, una de las voces más infatigables del centenar de niños de Morelia que siguen con vida.
Madrileña, de 75 años y madre de seis hijos (tres vivos), llegó a México a los cinco años de edad junto a cuatro de sus cinco hermanos, de 12, 11, 9 y 7 años. Los recuerdos son difusos y se ajustan con las explicaciones de su madre. "Me contó que salió un bando de la República para sacar a niños de España y evitarles una muerte segura, sobre todo en Madrid, que estaba siendo tan castigada. Mi padre estaba en el frente y mi madre no podía con los seis hijos. Se quedó con la pequeña de tres años y nos embarcó a los demás".
El general Lázaro Cárdenas, el presidente que nacionalizó el petróleo y realizó profundas transformaciones sociales en el México de los años treinta, ofreció acoger a 500 niños españoles y más tarde abrió las puertas a miles de refugiados republicanos que habían huido a Francia. Los requisitos eran un certificado médico y que los niños tuvieran entre 3 y 15 años. El contingente se concentró en Valencia, y procedía mayoritariamente de familias trabajadoras de esta ciudad, Barcelona, Madrid y Andalucía.
Amparo Batanero tiene grabada en la memoria una imagen en la estación de Valencia: "El tren estaba a punto de partir y mis hermanos se asomaban a la ventanilla. Mi madre me subió para darles un beso. Mi hermano mayor me cogió en brazos y ya no me dejó bajar. Me quedé llorando".
"Al llegar a México me enteré de que algunas familias nos querían adoptar. Cárdenas lo prohibió porque creía que pronto regresaríamos a España. Cuando el tiempo se alargó, el general firmó en 1938 un decreto por el que nos nombró hijos adoptivos de México".
Con el sucesor de Cárdenas, el general Manuel Ávila Camacho, las cosas empeoraron para los jóvenes españoles. Se cortó el presupuesto para el colegio de Morelia, donde estudiaban todavía 60 niños. Un 24 de diciembre echaron a los que quedaban, y los estudiantes de Morelia se convirtieron en niños de la calle. Amparo dejó la escuela a los 11, la mayoría no pasó de secundaria, y un grupo reducido llegó hasta la universidad.
En 1951, el padre de los Batanero viajó a México - "se moría por venir", recuerda su hija-, y en 1960, Amparo hizo su primer viaje a España. Habían pasado 23 años. "Fue una gran decepción. Encontré mi país peor que México. Madrid estaba muy atrasada". El reencuentro entre madre e hija fue en el aeropuerto. "Vi a una señora apoyada en una cristalera. Enseguida supe que era ella. A su lado estaba mi hermana, la niña de tres años que había visto en la estación de Valencia". Estuvo tres meses en España sin sus cinco hijos, que dejó en México.
De sus recuerdos y nostalgias, el sentimiento más doloroso es la ausencia de la madre y no haber tenido la oportunidad de conocer de verdad a sus padres. "Un día pedí perdón a mis hijos por si no había sabido educarlos. No tuve ejemplos, ni buenos ni malos".
Esta mujer "sin preparación académica", según se define, ha trabajado hasta los 70. Con la ayuda de su suegra montó un negocio de venta de comida para llevar. "Nunca tuvimos ni pedimos nada. Ni siquiera teníamos papeles españoles, ni un acta de nacimiento. Hasta Zapatero, ningún Gobierno español hizo nada por nosotros. En 2005, el Congreso en pleno aprobó las pensiones para los exiliados, incluidos los niños de la guerra. Ahora ya somos ciudadanos de primera".
Joaquim Quimet García, catalán, no duda un instante cuando se le pregunta por lo mejor y lo peor de los 70 años que lleva en México. "¿Lo mejor? Haber venido. ¿Lo peor? La muerte de mi esposa y tener un hijo discapacitado". Y sigue: "Si nos hubiéramos quedado en España no habríamos sobrevivido. Los bombardeos eran diarios en Barcelona. Vivíamos más en el refugio que en casa. Pero no es sólo eso. Nuestras familias no tenían para comer. Por eso enviaron a los hijos más pequeños a otro lugar, donde les pudieran alimentar. Fue un sacrificio de amor enviarnos a México, para que nos pudiéramos salvar".
Quimet no da cifras, pero entre 1936 y 1939 la guerra en España segó la vida de 130.000 niños. Llegó a México con nueve años, acompañado de su hermano de 11. Hoy tiene 79, y es viudo de mexicana y padre de seis hijos: dos abogados, dos médicos, un arquitecto y un encargado de ventas. "Pude darles estudios superiores a todos", dice con orgullo. Pensaba que cruzar el Atlántico sería como ir de colonias, por unas semanas o unos meses. "Y resulta que tardé 26 años en volver a ver a mi madre".
Los recuerdos de Quimet adquieren mayor claridad a partir de la llegada a México, el 7 de julio de 1937. Asegura saber de memoria los nombres de los 456 niños que viajaron a bordo del Mexique. Hablador y ocurrente, el acento catalán asoma en cada frase, a pesar de que abandonó Barcelona hace 70 años y de que asegura que pasó muchos años sin hablar catalán con nadie. Estudió cinco años en la escuela de Morelia y luego en un colegio del Distrito Federal, adonde fue trasladado. No aguantó más de un año. "Me llamaban el españolito, pinche gachupín. Teníamos pleitos cada día".
Las condiciones escolares para los niños españoles no fueron fáciles. Algo que nunca se ha contado, explica Quimet, es que desplegaron al Ejército protegiendo las vallas que rodeaban la escuela de Morelia, "porque cada día se escapaba algún chico". Sin embargo, hubo niños de Morelia que, sin documentación mexicana, estuvieron en la Marina y en el Ejército. "Esto quiere decir que México nos aceptó sin papel alguno".
Joaquim García empezó a trabajar a los 13 años en la fundición de cobre de Vulcano, una fábrica fundada por exiliados republicanos, que acabó naufragando por los enfrentamientos políticos entre los trabajadores. Luego se fue a Mundet, donde conservó el empleo de conductor de camión y encargado durante 38 años, hasta 1985, año de su jubilación. Confiesa que le ha ido bien en este país, donde pudo educar a sus hijos y ahorrar para la recta final de su vida. De familia republicana, en la órbita socialista, Quimet asegura que no ha tenido actividad política ni la quiere tener, aunque conserva sus ideas "izquierdistas a lo salvaje", según su propia definición. "Llegamos a Morelia y resulta que nuestra escuela estaba situada entre dos iglesias. Una salesiana y otra de San Juan Bautista. Las apedreamos las dos. También en Barcelona lo hice varias veces. La Iglesia estaba contra la República. Todos veníamos con el puño levantado. Lo habíamos aprendido en la casa, como republicanos".

martes, 24 de julio de 2007

Pendejos (Clasificación)


¿Cuántos tipos de pendejos existen?
De las célebres y canónicas categorizaciones del pendejo hechas por el Profesor Hermenegildo Torres, fundador del Partido Unico de los Pendejos:

El Pendejo Convicto y Confirmado. Es aquel que al tras del transcurso de los años sigue siendo el mismo pendejo.
El Pendejo Esférico. Es aquel, que sin obstar el punto de vista, sigue siendo un pendejo.
El Pendejo de Referencia. Es aquel quien tan fácil se distingue que es de confianza usarlo para dar direcciones a la siguiente manera: "Sí como nó señor, sí se cómo se llega. ¿Ve Ud. a ese pendejo parado allá? Pues de ahí, a la derecha.
El Pendejo Equilátero: (casi como el esférico) vista su pendejez desde tres lados, siempre tiene la misma magnitud.
El Pendejo Fosforecente: Su pendejez es tal, que se hace notar en la obscuridad.
El Pendejo Disfrazado: es aquel quien es mas pendejo por dentro de lo que se le nota por fuera.
El Pendejo Periférico: es aquel quien tiene muchas salidas pendejas.
El Pendejo Baboso: es aquel quien se sienta en la tina y "suelta aires" para entretenerse con sus burbujitas.
El Pendejo Asesorado: es aquel quien se da cuenta que ha cometido una pendejada y la vuelva a considerar. Despues de larga contemplación y consulta, concluye y se convence de la misma pendejada.
El Pendejo Amnésico: es aquel que se le olvida que es pendejo.
El Pendejo Presuntuoso: es aquel que cree que es el pendejo más perfecto.

La barroca comida mexicana


La barroca comida mexicana o
el choque del cazo y el comal

Héctor Zagal Arreguín *


La comida mexicana no es —como quieren algunos— el destructivo sabor del chile toscamente revuelto con tortillas y frijoles. La cocina mexicana es una manera de ver la vida, es el barroco llevado a su último extremo, es una etiqueta cortesana que no pueden vivir ni los racionalistas (hijos de la fast food) ni los bárbaros puritanos (hijos de la comida low fat). Tal vez viniera bien a la tan llevada y traída identidad del mexicano, sabernos orgullosamente "hijos del maíz". Entre los comales y las cazuelas late la palabra secreta de la cocina mexicana: barroco.


"Bendito sea Dios que con pan nos cría, porque con pasto bastaría"

Apreciar la comida mexicana exige dos cualidades difíciles: un saludable estómago y un bolsillo lleno. No tengo lo uno ni lo otro, pero mi gastroenterólogo y mis amistades hacen maravillas. Uno me receta y los otros me invitan. Mi agradecimiento.

De entre los vapores de un cocido de chambarete (con verduras, perón, membrillos y manzanas) emanan tentaciones contra cualquier dieta. Madame Calderón de la Barca disfrutó hace 150 años de este magnífico cocido en la aristocrática casa de los Cortina. A mi abuela le servían frecuentemente el mismo platillo en su rancho de San Pedro de las Colonias hace 60 años. La receta no había cambiado. En vísperas del siglo XXI, mi madre continúa preparándolo igual. Se conservó la esencia y sus esencias.

El verdadero quid de la cocina mexicana no es, contra lo que piensan gringos y gachupines, el chile. Entre los comales y las cazuelas late la palabra secreta de la cocina mexicana: barroco.

El retruécano verbal, llamado albur; la infinita politesse, desesperante para los extranjeros; el boato y ceremonia son manifestaciones del barroquismo nacional, quintaesencia de lo mexicano. El Volksgeist —espíritu del pueblo— no encuentra mejor definición que el recargamiento, el ocultamiento, el alambicamiento. Ser mexicano es ser complicado, es saber ocultarse presentándose en público. El barroquismo es exaltación del sentimiento, es estética, es exuberancia y o­ndulación.

Príncipe barroco es el mole poblano, guiso enigmático donde se conjugan los tropicales plátanos con las sequedades de las almendras, donde se dan cita el cacao y una letanía de chiles y especias, tantas, que ni el paladar más educado puede distinguir sin un recetario a mano. El mole —invención de monjas poblanas para agasajar a un virrey— es la consagración de la complejidad. Mole del náhuatl molotl, guiso, es emblema nacional, salvaguardado por la Fonda Santa Clara, a la que yo no dudaría en condecorar. El mole resulta ininteligible para aquellos pueblos de pastores —afirmó un intelectual francés— acostumbrados a la comida sencilla del campo, donde lo único importante es la calidad de la materia prima.

El buen cocinero mexicano escapa al dicho aquel de que "no hay mal cocinero con buen filete". Digámoslo cínicamente: la presentación y la combinación de los ingredientes es tan importante como la calidad del producto: "La comida y la mujer por los ojos han de entrar". El pipián, el mole verde, el mole negro de Oaxaca, el mole blanco (cuajado de coco y almendra), el mole de ciruela son tantas eternas variaciones, combinaciones, donde la mezcla de ingredientes origina una gama cuasi infinita de aromas, texturas, colores y sabores. Y ya que de pipián hablamos, sepa el lector que el pipián fue elogiado por un Papa. "Beati indiani qui manducat pipiani", exclamó el pontífice romano al probar el platillo obsequiado por unas sencillas monjas virreinales. Las pobres religiosas no habían encontrado ni joyas ni plata en su convento, sólo un recetario para regalar al Papa romano.
De la cuchara molera —cuchara de madera— que hiere las ollas de barro de tantas fondas, escurre la esencia de lo mexicano: un sí que es no, un chile que no es picante, o mejor, un dulce que pica. Nada más lejos de la comida vasca y navarra, en que lo importante es la frescura de los espárragos de Tudela o de la merluza de Fuenterrabía. Qué distancia tan enorme nos separa de los cheeseburgers y "perros calientes".

Pasar lista al recetario mexicano, terriblemente agredido por la tex-mex food al estilo chili con carne, y percatarse de la complejidad, de lo churrigueresco, de lo mexicano son una misma cosa: salsa con xoconotzli (tuna agria), salsa borracha (con queso añejo y pulque), salsa de tomatillo verde silvestre, de jitomate maduro, de guajillo o pico de gallo. Variar, ocultar, engañar, aparentar. Bordados y filigranas de cebollas y ajos entretejidos al chile.

¿Qué otra cosa son los chiles en nogada sino la negación del sabor propio de cada ingrediente? Las nueces de Castilla —ésas sí deben ser frescas, por eso sólo hay salsa de nogada alrededor de la fiesta de San Agustín— molidas con dulce moscatel, crema agria, queso de cabra, batido todo con discretas especias y salpicadas de granada, y quizá un poco de canela, son la corona triunfal de un tímido chile —poblano tenía que ser— capeado o sin capear, chile desollado y atiborrado con carne picada con almendras y piñones, acitrón y durazno, pasas y algún secretillo más.

El "manchamanteles" toma prestadas las frutas del chile en nogada y las engulle en su rojiza y picante salsa. Pedazos de cerdo nadan indemnes alrededor de pedazos de manzana y pera. Ignoro si, como en el caso del mole, fueron monjas las sabias artífices del manchamanteles, o si lo fueron patrióticas doncellas, como en el caso de los chiles en nogada (verde, blanco y rojo, el pabellón nacional en la nogada). Por cierto, otra condecoración a la Fonda Santa Clara, compartida, esta vez con la Casa Merlo por sus adobados manchamanteles.

"He frito mi longaniza en mejores tepalcates"

Los métodos de cocción son también infinitos. Desde un horno de barbacoa excavado en los llanos de Apam, hasta un caldo de pescado, cocido también en un hoyo, pero recubierto de hojas de plátano, cuya temperatura se alcanza arrojándole piedras incandescentes. Trompos de "al pastor", arracheras asadas sobre parrilla, tamales al vapor, pollos al barro, pescados envueltos en hojas de árbol, camarones secos al rayo del sol, cebiches cocidos con la fuerza de limones, cazuelas de salpicante manteca para "carnitas" o modestísimos caldos hervidos. Son múltiples los caminos del fuego.



"Ora es cuando, chile verde, le has de dar sabor al caldo"

Pariente pobre de la pimienta, la cual llegara a valer más que el oro, el chile es un incomprendido. Reduciendo el chile a dos o tres tipos, las transnacionales han convertido a Jalapa, gentilicio jalapeño, en la capital del chile, dejando a un lado a una pléyade de hermanos pequeños y mayores. ¿Quién no ha probado aquellos chiles piquines —"chiquito pero picoso"— que se venden encurtidos en los portales de Toluca?, ¿o el "hocico de perro", más conocido como "habanero", tan popular en la cocina yucateca? ¿Y qué decir de la cándida simplicidad de un chile serrano partido en rodajas, o de un paupérrimo chilito verde que al ser toreado en un comal adquiere una recia personalidad? Mulatos y cascabeles, anchos y chipotles, morita y de árbol. Secos, frescos y encurtidos constituyen toda una gama desconocida por los legos educados en cafeterías de segunda. ¡Hay de aquel que no hace reverencia al chile, pues condenado está a comer rajitas enlatadas el resto de su vida!

El chile es multiforme: se rellena hasta las grandiosidades festivas de la nogada, o se disfraza humilde y pobre de chile ancho relleno de queso. Y la nouvelle cuisine —por qué no decirlo, Los candelabros— llegan a la excelsitud de hojaldrar un chile ancho relleno de picadillo y ofrecerlo a los ojos, al olfato y al paladar en cama de una salsa ligeramente dulce y ligeramente picosa.

"El que sembró su maíz, que se coma su pinole"

La Biblia —escrita en el Medio Oriente— narra cómo el hombre fue hecho del barro de la tierra. El Popol-Vuh, libro sagrado de los mayas, cuenta cómo el hombre fue hecho de maíz. Si Egipto, como pensó Herodoto, fue don del Nilo, Mesoamérica, la Nueva España y la República mexicana son regalo del maíz. La domesticación del maíz marca el inicio de la cultura sedentaria en el nuevo mundo. Es la primera piedra del muro de la tortilla que separa nuestro país de los otrora territorios mexicanos.

El maíz es padre de un vasto linaje. Taco, tostada, tamal, tlacoyo, totopo, tlayuda. La "t" de taco es vorágine, un aleph infinito: flautas, tacos de canasta, tacos al carbón, tacos de cazuela y un largo y tupido etcétera. La "m" de maíz significa pozole jalisciense, que Coahuila interpreta a su estilo y lo convierte en un picosito menudo (para cuando se termina una juerga). Los chilaquiles, hijos del maíz, ya rojos, ya verdes, son también vianda preferida por los trasnochados y parranderos, servidos con unas rodajas de cebolla, un poco de crema y espolvoreados con queso añejo son "vuelve a la vida". Hay todo un juego de matices: "No confundas las enchiladas con los chilaquiles".

El mexicano come tortillas como los aztecas. No ha cambiado sustancialmente la nixtamalización de maíz; el procedimiento es el mismo. Únicamente han sido sustituidas las rudas faenas del metate por las mecanizadas piedras de un molino. Blanca, azul, verde y morada, la tortilla es una hoja en donde se puede escribir cualquier cosa. Inflada y rellena con lechón, cerdo o pavo, embadurnada con un poco de frijoles negros, se convierte en panucho adornado con cebollas moradas (curaditas con limón y granos de pimienta). Los encantos de los panuchos son más bien difíciles de encontrar en esta gran ciudad, a no ser por El habanero, el bastión de la comida yucateca en el D.F.

En forma oval, de preferencia azul, amasado con frijoles tenemos un tlacoyo. ¿Otra variante? Amasarlo con habas molidas.
El maíz es camaleónico: ora adopta la forma de líquido espeso, el pozol chiapaneco bebido por los chamulas; ora la forma de un finísimo polvo de pinole que consumen los tarahumaras; ora la forma fermentada del tejuino, bien popular en Guadalajara; o quizá la consistencia de un atole de fresa con rajitas de canela. Hijo ilegítimo del maíz es el cuitlacoche, parásito que bendice a la mazorca tierna, ambrosía del Olimpo náhuatl, verdaderamente comestible en tiempos de lluvias. El cuitlacoche es magnánimo y condescendiente. Visitante de la fritanguera callejera, el cuitlacoche alterna ahora en los fastuosos restaurantes de lujo, donde se viste de crepa francesa o raviol italiano (por ejemplo, los extraordinarios ravioles rellenos de cuitlacoche creados en Petit Clunny).

"Más vale pura tortilla, que hambre pura"

Pero sin lugar a dudas, su forma más popular es la tortilla, disco solar que alumbra el universo mesoamericano. El maíz, hijo de estas tierras, ha sido recibido a regañadientes en Europa occidental, donde lo han arrumbado como forraje de animales y grano de pobres. No pocos españoles asocian el maíz a la hambruna de la guerra civil, y los irlandeses del XIX sólo famélicos aceptaron este grano. El trigo, cual estirado gachupín del siglo XVIII, se negó a compartir abolengo con el maíz indígena, y lo confinó a vivir en sus dominios indianos. El maíz, al igual que la polenta, pasaron a ser dieta de pobres. Sólo los caprichos de la moda los han redimido; ahora en restaurantes parisinos se sirven granos de elote (de lata) con el ampuloso nombre de salade exotique. La polenta se sirve ya en elegantes restaurantes norteamericanos. En México, la Pequeña Italia ofrece una polenta magnífica.

Pero si bien Europa occidental se ha mostrado ingrata con el maíz, que más de alguna ocasión la salvó de la inanición, la Nueva España se ha mostrado más agradecida con el trigo. Desde el septentrión virreinal (California, Texas, Nuevo México, Colorado, Arizona y Nevada) el maíz cedió parte de su imperio solar al trigo. Convirtióse la tortilla al trigo. La metamorfosis —la harina de trigo— no puede ser más suculenta. Masa de trigo paloteada con manteca, espléndido pan para machacado y agujas, extendida como sábana en Sonora y Chihuahua, o en discretas proporciones en Nuevo León y Coahuila, la tortilla de harina es soporte indispensable del chile con queso y del sinaloita chilorio.

La tortilla de harina significa más: es la frontera cultural entre dos Méxicos, el México criollo, hijo del siglo XVII, y del México mestizo, hijo del XVI. La tortilla de harina es el símbolo de los mexicanos indómitos que se alejaron de la villa y corte, atestadas de escribanos y abogados virreinales, amparados en sus títulos y prosapias, mercedes y canongías, graciosamente otorgadas por sus católicas majestades desde El Escorial o el madrileño Palacio Real. La tortilla de harina es el universo norteño, ajeno al tiempo del altiplano central, sede del omnipotente tlatoani.

Tan fuerte es el arraigo de la tortilla de harina en el norte, que ni a los 150 años de arrebatada Texas, la hamburguesa ha podido destronar a su competidor mexicano. La big-mac se ha resignado a convivir con un "chicano burrito", híbrido de la fast food y de la tortilla de harina.

En una buena familia del norte, se palotea diariamente para la cena la tortilla de harina —saladas, dulces—, sin arrinconar al dios maíz, presente en los tamales norteños. Tamales que, a diferencia de los tamales del centro, son pequeños y sazonados con comino, y que recalentados en el comal —jamás al vapor— son especialmente sabrosos.

"Chocolate que no tiñe claro está"

Los gringos nos expropiaron el nombre de "América" y los suizos el chocolate. Un buen chocolate evoca inmediatamente las suculentas tabletas amargas fabricadas en Suiza y no las pastillas de chocolate de metate del Soconusco. La jícara en que solía beberse el chocolate, incluso en España, ha dejado su lugar al vaso del chocolat milkshake. Perdimos el chocolate y ahora —triste realidad— importamos bombones europeos y yanquis, donde ni siquiera crece el cacao. Chiapas ha dejado de ser —injustamente— la capital mundial del chocolate.

Bernal Díaz del Castillo describe en su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España el modo como Moctezuma bebía el chocolate: servido en copas de oro, ¿qué otro material es digno del cacao? Los novohispanos adoptaron el chocolate como su bebida favorita, célebre por sus cualidades reconfortantes para el cuerpo y el alma. Bebida preferida por frailes y monjas, líquido obligado en las visitas sociales, y alimento de primera necesidad para ricos y pobres.

Espumoso, batido con molinillo de madera fina —nada de licuadoras— hirviente y oloroso, espeso o menos espeso, con agua o con leche, en todo caso, el chocolate es la bebida de los dioses mexicanos. Fiel acompañante de campechanas y soletas, una tacita de chocolate para los niños que meriendan. Estimulante nutritivo, a diferencia del café, era recomendado por doctos galenos para los afanes sabios de estudiantes y profesores.

Moctezuma bebía el chocolate aromatizado con vainilla, la única especie de las orquídeas que es comestible. La vainilla totonaca es también un fruto expropiado. Hoy los mexicanos no usamos vainilla de Papantla, sino un saborizante artificial que importamos de Europa. La vainilla es cara —carísima— y sólo vale la pena venderla, claro está, a quienes pagan en dólares y marcos. ¿Qué sería de un vanilla ice cream sin vainilla de Veracruz?, ¿y qué sería de la creme brulé sin un toque del Tajín? Sin embargo, de vez en vez, es posible espigar alguna vaina de vainilla. Pueden comprarse en la zona del Papantla unos cristos de vainilla, celosamente custodiados en cajas de metal y delicadamente envueltos en papel encerado, precauciones mínimas para no perder el supremo aroma. Fragmentos arrancados a estas figuritas sirven para perfumar un postre, o un chocolate, o mejor aún, un postre y chocolate.

"El amor es como los pasteles que recalentados no sirven"

En Cholula —se cuenta— existen 365 iglesias, una para cada día del año. Según parece, no son tantas. En cambio, sí hay un postre para cada día del año. Buñuelos de queso, de requesón y de viento (muy socorridos en año nuevo), huevos reales y huevos hilados, castañetas fingidas, hojaldre de mazapán o de leche, picatostes de manjar blanco, alfeñiques y alfajores, bocadillos de dama, de nuez y de coco, cajitas de "bien me sabes", canutos nevados, leche de espuma, torrejas reales, huevitos de faltriquera... son postres fabricados antaño en las recónditas cocinas de monjas y que, para desgracia nuestra, se van perdiendo de manera acelerada. Fiel custodia de los postres mexicanos se yerguen las dulcerías Celaya (México) y El Parián (Puebla), diques que intentan detener el frenético suicidio de los postres conventuales. Entrar a tales dulcerías es una delicia para los ojos. El papel de china envuelve multicoloramente polvorones y turrones, y con obleas se protegen palanquetas de nuez, cacahuate y pepita. Poco tienen que envidiar al elegante marron glacé tanto el camote de Puebla como el atropellado de camote yucateco (y quien ha probado lo uno y los otros, sabe a qué me refiero). Los jamoncillos y figuritas de dulce de pepita (gallinitas y borregos, frutas y verduras) son alarde de fantasía, encuentro de la cocina con las artes plásticas. Para el día de Todos los Santos, una calaquita de azúcar y calabaza en tacha; los domingos, muéganos y merengues de vendedor callejero en el parque.

Desde Saltillo hasta la meseta del Anáhuac, la leche "cocida y recocida" adquiere texturas y flagrantes sabores, ahora salpicada con piñones, ahora con un poco de canela, o sencillamente, más requemada y un poco amarga ¿no se nos antojan unas glorias de Linares? Y ya que de leche quemada hablamos, un elogio a la cajeta de cabra, que desafortunadamente ya no se vende en vistosas cajitas de madera (la que comúnmente se ofrece en cajas de madera es falsificación de la cajeta de Celaya, es un vulgar jarabe azucarado; la cajeta Coronado es mucho mejor). La guanajuatense cajeta hace estupenda mancuerna con la vainilla de Papantla. ¿No es fantástico el maridaje entre las crépes de Bretaña y la cajeta de Celaya? Aquí mi voto a la famosa crepería Clunny de San Ángel.

El amaranto se come en dulce y en guisado. ¿Qué otra cosa son los huazontles sino hierbas de amaranto con queso, rebozadas en huevo y servidas en un caldillo? El cultivo de amaranto fue prohibido por los conquistadores. La razón de la prohibición fue religiosa. Con amaranto fabricaban los indígenas imágenes de sus deidades, escribe fray Bernardino Sahagún en su Historia de las cosas de la Nueva España, idolitos que comían ritualmente en algunas festividades. El amaranto era cómplice de su paganidad. Ante el riesgo de que su ingestión contribuyera a revivir ritos idolátricos, se optó por prohibir su cultivo (y se desbalanceó la dieta de los indios). Pasados ya los cultos a "tlálocs" y "tonatiúhes", comemos ahora figuritas geométricas de semillas de amaranto, engarzadas por miel, y hay quien se ha atrevido —en un alarde de ingenio— a añadirle una dosis de chocolate al jarabe compactador.

"Cuando hay pa' carne, es vigilia"

Y ya que de religión y golosinas hablamos, bueno es recordar las austeridades de la cuaresma, templadas por una capirotada con ralladura de naranja, cacahuates y queso. Pero un postre de mortificación cuaresmal debe estar precedido de un platillo salado igualmente penitencial ¿Qué tal unas tortitas de camarón seco con romeritos? Advierta el ígnaro extranjero que "romerito" no es lo mismo que el ibérico romero.

Secar el camarón es una costumbre oriental. Quizá la nao de la China nos trajo la costumbre o quizá la aprendimos de los vizcaínos, el hecho es que camarones y pescados secos son bien acogidos en México. ¿La razón? En épocas sin refrigeradores, la única manera de comer pescado tierra adentro era secarlo y salarlo. Sin embargo, un bacalao de Terranova cocinado en México se distingue del bacalao del país vasco por los chiles "güeros". Para los viernes de cuaresma el lago de Pátzcuaro ofrece unos exquisitos charales, bien sequecitos y fritos, envueltos en una tortilla, con salsa y limón. También de esas aguas robamos un pescado blanco digno de particular elogio (y terriblemente escaso). Y si al litoral nos vamos, encontramos un pan de cazón y un filete a la veracruzana como sólo Pardiños puede hacer. Y puestos a hacer propaganda, no resisto la tentación de encomiar los mixiotes de huachinango en salsa de xoconoztli al pulque, creación de nouvelle cuisine de mi hermano, chef de profesión.

Desconozco si la hueva de mosquito del lago de Texcoco, apreciada desde la fundación de Tenochtitlan hasta bien entrado el siglo XIX por ricos y pobres del Valle de México, puede comerse en viernes de vigilia. A Madame Calderón de la Barca le ofrecieron el platillo y, cortésmente, declinó la invitación, pues su sangre anglosajona —era escocesa— le impidió hacer averiguaciones. Seguramente tampoco comió chapulines de Oaxaca, bien a pesar de que San Juan Bautista —se lee en el evangelio— comía langostas (saltamontes), menos aún comió la Marquesa los jumiles de Taxco y los escamoles (hueva de hormiga, caviar mexicano, de altísimo precio y extraordinario sabor). Hasta aquí mis escrúpulos de vigilia y abstinencia.

Dejo el caldo cantinero a un lado, pues si bien no lleva carne, los lugares donde se consume poco o nada tienen de cuaresmales. Las cantinas antiguas estaban cerradas a "mujeres, uniformados y niños", eran recintos —qué tiempos aquéllos— herméticos al feminismo y a la policía.

"Me he de comer esa tuna aunque me espine la mano"

A la variedad de postres corresponde una variedad de frutas. Ates y jaleas son nombres para designar la misma y maravillosa mixtura de azúcar y frutas. Los ates de membrillo, guayaba, pera y tejocote son un acompasado compañero para un queso fresco de San Juan del Río o —más atrevidamente— para un queso Chihuahua. El queso trenzado y el de Cotija hay que reservarlo para otros menesteres, así como los extraordinarios quesos de Chiapas que merecen un sitio especial en la mesa.

El trópico —digámoslo con descaro— es pródigo y se vierte en los fruteros. Olorosos mangos de Manila y voluptuosos mangos petacones, mameyes, papayas, chicozapote, zapotes negros y blancos, son exuberancias del trópico; las tunas, rojas o verdes, las pitayas y chirimoyas son flaquezas del desierto. Plátano macho frito con arroz y frijoles o relleno de mariscos, platanitos dominicos con "sopa aguada de fideos", o sencillamente un plátano Tabasco. Guanábana, sandía, melones, granada china o verde, ciruela, fresa de Irapuato, capulines, toronja, naranja valenciana o china, mandarina, caña de azúcar. El tamarindo es un fruto incierto y ácido: revuelto con chile es ansiosamente devorado por los niños durante el recreo y el agua de tamarindo es particularmente refrescante en tierra caliente. Los danzantes de Coyoacán han sabido hacer del tamarindo una exquisita salsa para el atún fresco.

No erró López Velarde al comparar a México con el cuerno de la abundancia.

"Muy redondo para huevo, y muy largo p'aguacate"

Renglón aparte al aguacate, esmeralda aceitosa cubierta de negro, que se descubre inverosímil y versátil : ¿es salada o dulce? Fascinante y atrayente, bastan unas rebanadas de aguacate para encopetar a la más pobre de las ensaladas ¿Qué decir de una elegante crema de aguacate? (como la que preparan en La hacienda de los Morales). ¿Y de unos tacos placeros de crujiente chicharrón con guacamole? Glorificado sea Uruapan y sus ubérrimas huertas aguacateras. Pero, que quede claro, no es uno sino muchos los aguacates. En la plaza de México a final del siglo XVIII se podían comprar al menos tres tipos distintos de aguacate.

"Para todo mal, mezcal, y para todo bien, también"

Más allá de la comida está la bebida. Duros fueron los reyes españoles al prohibir la explotación de las vides en México. El norte —como Parras, Coahuila— escapó furtivamente a tan déspota mandamiento. El vino fue importado y nuestros vinos fueron y han sido pobres (con honrosas excepciones, ¿qué tal un tinto Monte Xanin?). Lo prueban la inmoral costumbre de guardar el vino para ocasiones especiales, y las múltiples dificultades que cualquier restaurancillo tiene para vender un vinillo con la comida, lo que nos obliga a ser el segundo consumidor de refrescos en el mundo.

El tequila y los mezcales surgieron como por encanto de magueyes destilados. Indígena fue el maguey y español el alambique: mestizos fueron tequilas y mezcales. El tequila es oro reposado. El gusano de maguey, sello de autenticidad del mezcal de Oaxaca, líquido guardado en vientres de barro negro. En uno y otro caso, son acompañantes más o menos fieles de ocasiones festivas. Los mezcales también fueron cruelmente perseguidos por los Habsburgos y Borbones, temerosos de que nuestros licores compitieran con los aguardientes españoles, y su temor estaba bien fundado.

Para las mujeres y los niños, una copita de rompope, obra también de angelicales monjas, sutil bebida que, afortunadamente, escapó a las persecuciones mercantiles de la corona española. Y si las señoritas quieren una bebida un poquitín más fuerte, ¿qué tal el licor de "pasita" que se vende en el Callejón de los Sapos en la Angelópolis?

"¿Por qué con tamal me pagas teniendo bizcochería?"

Trigo, azúcar, leche, manteca y huevo, batidos al son de lo mexicano, son un místico génesis, que genera —de donde génesis— un sinnúmero de bizcochos. Estamos en los hornos de una panadería. El pan dulce —y el salado también— debe ser fresco. A las siete de la noche, criadas y amas de casa atestan las panaderías para elegir las piezas que serán engullidas golosamente en la noche, sopeadas —cuando quien preside la mesa se descuida— en chocolate o café con leche (al estilo de café de chinos). Conchas, trenzas, condes, ladrillos, huesitos, ojos de pancha, roscas, chilindrinas, campechanas, bigotes, novios, orejas, polvorones, marqueses, mamones, piedras, volcanes, puchas y hojaldras son algunas de las decenas de figuras horneadas a lo largo del país, y no hay bizcochero de respeto que no haya aportado una nueva figura a este desfile.

Noticia triste es que el pan de huevo ya no se fabrica con blanquillos de gallina o guajolote, sino con huevo deshidratado, y que la tradicional manteca de cerdo ha sido sustituida con margarinas. En fin, todo sea por aquello de los colesteroles. Unámonos al lamento popular: "Si eso dice pan de huevo, ¿qué dirá bizcocho duro?".

Nos queda el consuelo de las panaderías regidas por el calendario. Las fiestas de santos patronos merecen un pan de pulque a las afueras de las iglesias, y en noviembre el pan de muerto, elaborado con agua de azahar (ligeramente parecido a la columba pascual italiana), seguido por la pomposa rosca de reyes adornada con acitrones e higos secos. La rosca es "como el pan de Acámbaro, con la ganancia por dentro". El "niño" de la rosca es la primicia de la Candelaria, flor de tamales y atole (¿que tal unas corundas y uchepas con crema y queso para variar la "tamalada" del próximo febrero?).


"Después de comer, ni un sobre escrito leer"

¿Qué sería del gazpacho andaluz sin el jitomate y los pimientos importados de México? ¿Qué sería de un espagueti a la boloñesa sin el jitomate? ¿y de la comida húngara sin la paprika (chile mexicano tratado)? ¿Y de los zucchini sin las calabazas? ¿Y de la Herrencreme sin chocolate, por mucho coñac que se le agregue? ¿Y de un anglosajón pavo a la Cumberland con salsa de grosella sin nuestro nacional guajolote?

Cacao, jitomate, frijoles, calabazas, guajolotes, chile fueron algunos de los productos que el mundo prehispánico regaló —por decirlo de una manera cursi— a Europa. El nuevo mundo se enriqueció, a su vez, con reses, cerdos, gallinas, almendras y nueces, trigo y cebada, manzanas y azúcar. Se amasó una fortuna gastronómica de la noche a la mañana. El resultado de esa confluencia es la cocina mexicana, uno de los escasos signos de identidad, más aún, una de las pocas realidades auténticamente mestizas de nuestro país. Es el café de olla, donde confluye el café de Medio Oriente, la canela de Ceilán y el piloncillo en un chorreado jarrito de Tlaquepaque. Es la cochinita pibil, integración de lo maya y lo ibérico en los mágicos braseros del sureste. Son los tamales chiapanecos que esconden, bajo las hojas de plátano, tierna masa de maíz mechada con almendras, aceitunas y ciruelas pasas. Es la machaca con huevo (Europa aporta los ingredientes) acompañados de unos frijoles aguados (cortesía de Tenochtitlan). Es la longaniza verde de Toluca, tomatillo verde mazahua y cerdo europeo.

La comida mexicana no es —como quieren algunos— el destructivo sabor del chile toscamente revuelto con tortillas y frijoles. La cocina mexicana es una manera de ver la vida, es el barroco llevado a su último extremo, es una etiqueta cortesana que no pueden vivir ni los racionalistas (hijos de la fast food) ni los bárbaros puritanos (hijos de la comida low fat). Tal vez viniera bien a la tan llevada y traída identidad del mexicano, sabernos orgullosamente "hijos del maíz".

Se ha dicho tantas veces que, en México, el fondo es la forma; así es en nuestra cocina: el fondo es también la forma. Larga vida a los tacos y tostadas.


Fuente: Revista Istmo. Humanismo y Empresa, Año 39 - Número 230 - Mayo/junio 1997
Remitido por Sergio Ruben Maldonado [bgolem2000@yahoo.com.mx]
* Ensayista y articulista. Doctor en Filosofía. Profesor en la Facultad de Filosofía de la Universidad Panamericana. Consejero editorial de ISTMO. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Autor, entre otras publicaciones, de Ética para adolescentes posmodernos y de Ética de los negocios: hacia las organizaciones del tercer tipo.

La comida picante mexicana es de las más antiguas


La comida mexicana, sabrosa y picante como se la conoce ahora, nació hace más de 1.500 años y es una de las más antiguas del mundo, reveló hoy un estudio publicado por la revista "Proceedings of the National Academy of Sciences".
Fuente: EFE (Washington)
Esa afirmación se basa en dos restos de plantas encontrados en dos cavernas del sur de México, estudiados por Linda Perry, una etnobotánica y arqueóloga del Instituto Smithsonian de Estados Unidos.
"Este análisis demuestra que los chiles y la comida mexicana han sido numerosos y complejos durante un largo período", señaló Perry, del Museo Nacional de Historia Natural, en Washington.
Además, agregó, "revela la gran antigüedad de la comida mexicana, tal y como la conocemos hoy".Perry y Kent Flannery, de la Universidad de Michigan, estudiaron restos de plantas disecadas descubiertas en las cavernas Guilá Naquitz y Silvia, cerca de Mitla, en el valle de Oaxaca, en el sur mexicano.
En la caverna de Guilá Naquitz se han encontrado restos de plantas que datan de hace más de 10.000 años, cuando se comenzó a cultivar la calabaza en México.
El estudio de Perry y Flannery se basa en el análisis de una capa en las cavernas cuyos restos datan de hace entre 500 y 1.500 años.
Perry determinó que, según los restos encontrados en la caverna de Guila Naquitz, los habitantes de la zona cultivaban al menos siete tipos diferentes de chile.
En la de Silvia, los científicos encontraron tres tipos de ese ingrediente que con los siglos se ha convertido en un sinónimo de la comida mexicana.
"Lo interesante es que pudimos determinar que estaban usando chiles frescos y deshidratadas", manifestó Perry."Esto demuestra que la antigua comida mexicana es tal como la de hoy. Usaban los chiles en salsas para una preparación inmediata o apelaban a los chiles secos para molerlos y convertirlos en salsas como el mole", señaló.
Hace más de 1.500 años la región cercana a las cavernas albergaba a los zapotecas, un pueblo dedicado a la agricultura."En los depósitos de las cavernas, hemos visto una excelente documentación de lo sofisticadas que eran la agricultura y la cocina", manifestó Perry.
"Uno no cultiva diferentes tipos de chile a menos que esté cocinando un alimento muy interesante", agregó.

Barcelona a oscuras


La verdad, yo no lo viví de cerca, sólo tuve la referencia de las personas enojadas que el martes 24 de julio me comentaban las "anécdotas" que habían vivido: el que se quedó atrapado en el elevador o en el metro; o el que no puede realizar trámites en la oficina de tránsito. Lo que sigue lo transcribo de El País:
Las secuelas del apagón pueden prolongarse semanas en algunos barrios de Barcelona
B. CIA / A. MARS - Barcelona - 24/07/2007
Las secuelas del apagón que ayer sufrió Barcelona se prolongarán varios días "e incluso semanas", según las empresas eléctricas. El presidente de la Generalitat, José Montilla, llamó ayer a los presidentes de Red Eléctrica y Endesa pidiendo el envío urgente de grupos electrógenos para poner remedio provisional a la falta de suministro. Montilla, junto al consejero Joan Saura, visitó anoche la subestación del paseo de Maragall, la más afectada. El Ejército ofreció grupos electrógenos.
Barcelona y una amplia zona del cinturón del Baix Llobegat se paralizaron ayer a las 10.53 horas. La caída de un cable de alta tensión en la central eléctrica de Collblanc originó un apagón que afectó a una gran parte del área metropolitana en la que residen dos millones de personas. Un total de 350.000 clientes se quedaron sin suministro. El grueso de la capital y también de localidades próximas como L'Hospitalet, Esplugues y Cornellà vivieron el desconcierto que supone sobrevivir sin electricidad. Red Eléctrica de España (REE) no supo ayer explicar las causas del accidente, que provocó un efecto dominó. Cayeron cinco subestaciones eléctricas de Barcelona. Una de ellas, situada en el paseo de Maragall, sufrió un aparatoso incendio. El colapso inicial afectó a la mayoría de barrios; sólo se salvaron algunas partes de Nou Barris, Horta y Sant Martí.
Los convoyes de metro y de los Ferrocarrils de la Generalitat se quedaron sin fluido en mitad de los túneles y los vagones tenían que ser arrastrados a las estaciones más cercanas. No hubo escenas de pánico. El metro se recuperó en apenas un cuarto de hora y los trenes volvieron a circular al cabo de 40 minutos. No pasó lo mismo con los semáforos. En la calle, el 70% de los semáforos de la ciudad, cerca de 23.100, se quedaron en negro. A última hora de la tarde de ayer la mitad seguían inútiles. Unos 800 agentes de la Guardia Urbana y de los Mossos d'Esquadra regularon el tráfico en los principales cruces de la red básica, aunque predominó la autogestión de los conductores.
A las ocho de la tarde, unos 110.000 abonados de Barcelona seguían a oscuras. Unos 30.000, en el centro de la capital, no tendrán suministro hasta hoy, pero los vecinos de la subestación de Maragall, la más dañada, no tienen fecha para regresar a la normalidad. Los trabajos de las compañías eléctricas en esa subestación empezarán inmediatamente. Los barrios que han corrido peor suerte con el apagón son los de Congrès, Navas, Camp de l'Arpa, Clot, Baix Guinardó, Font d'en Fargas, Can Baró, Carmel, Gràcia, Salut, Coll y Vallcarca. También estaba previsto empezar la distribución de grupos electrógenos en centros vitales.
Barcelona sigue con el plan de emergencia activado y para ayer por la noche se preparó un dispositivo especial de seguridad -300 urbanos y 200 mossos- para evitar desórdenes y controlar las zonas a oscuras. En Gràcia, los vecinos más molestos con el corte de luz decidieron expresarlo con una cacerolada nocturna, así como los vecinos del Clot, que hicieron lo propio desde los balcones. También hubo caceroladas en la avenida de Gaudí, en la zona de la Sagrada Familia y en el paseo de Sant Joan. Por la noche, empezó a circular un pásalo telefónico. Decía: "Fecsa le desea unas fresquitas vacaciones".

lunes, 23 de julio de 2007

La esposa de Lázaro Cárdenas, artífice de la ayuda, recuerda la acogida a los niños


El País. 22 de julio de 2007.

EL 7 DE JUNIO DE 1937, en la estación de tren Colonia, en Ciudad de México, la primera dama de la nación, Amalia Solórzano de Cárdenas, dio la bienvenida a los niños desconcertados y temerosos que llegaban de un país en guerra. Les leyó un mensaje de bienvenida del presidente Lázaro Cárdenas y les entregó una bandera de México.

Doña Amalia era la presidenta de honor del Comité de Ayuda a los Niños del Pueblo Español. En realidad, fue artífice de la generosa actitud del Gobierno mexicano hacia los alevines del exilio republicano. Ahora, la venerable señora, de 97 años, recuerda con una lucidez impresionante aquel episodio. “El general había tenido una experiencia tremenda cuando andaba en la revolución; de las mamás que cargaban a sus hijos, llegaban a un poblado y no encontraban escuela. Con la Guerra Civil española, Cárdenas pensó que podría presentarse una situación similar”.
Doña Amalia recuerda que se crearon en México unos internados para hijos de los soldados —“para librarlos de la muerte
y el analfabetismo”—. El general adaptó una de estas escuelas en Morelia para los niños españoles. “Pensó que una ciudad tranquila como Morelia [Michoacán] era el mejor sitio para alojarlos”.
La llegada de los niños se hizo por conducto de las embajadas mexicanas en el exterior, sobre todo en Francia. El centro de operaciones estuvo en París. “Mi papel”, explica la viuda del general Cárdenas, “fue ayudar a algunas de las señoras que más se implicaron, como Gil de Vázquez Vela y García Téllez. Algunas fueron a Morelia para ayudar a los niños a instalarse en su nuevo destino”.
La adaptación fue difícil y laboriosa, según describe doña Amalia. “Venían de la guerra y tenían pleitos entre ellos. La mayoría se conoció en el barco. Algunos vinieron por voluntad propia y otros lo hicieron a la fuerza. Pensaban que regresarían a su país muy pronto, en cuanto la guerra terminara.Y se alargó 40 años”.
Ante la mirada atenta de su hijo Cuauhtémoc, ex jefe de Gobierno del Distrito Federal y candidato presidencial de la izquierda en tres ocasiones, doña Amalia comenta con orgullo que México nunca reconoció el Gobierno de Franco. “Creo que México fue el primer país que ofreció ayuda y asilo a los republicanos. Aquí vinieron Indalecio Prieto, Martínez Barrios… pasaron horas con el general platicando”. Rememora el viaje de cuatro meses que hizo el matrimonio, de octubre de 1958 a febrero de 1959, en el que visitaron varios países europeos. “Realmente, el general nunca conoció España, aunque le habría gustado mucho; no para que le dieran las gracias, ni mucho menos. Por sus antecedentes,
de donde venimos todos… Pero no se podía. Eran otros tiempos. Yo fui la primera vez a inaugurar el monumento al general en 1984, en el parque Norte de Madrid, con el alcalde Enrique Tierno Galván, una gran persona. Fue el primero que nos recibió”.

Virgen de Guadalupe en su Basílica Mx

La Virgen de Guadalupe en la basílica de Guadalupe, el año en que llegué a Barcelona. Los danzantes en el atrio. ¡Que recuerdos!.

Viva Mexico mariachi

Placido Domingo y Viva México

Mexico

Viva México

Pepe Aguilar - Por Amarte (Destilando Amor)

Destilando Amor... Pepe Aguilar

Entrevista

Entrevista a German Dehesa

¿Dónde está México?

Supongo que muchos de nosotros sentimos algo raro cuando oímos hablar ya sea en Europa o en Estados de Unidos, sobre que México es sudameríca o suramérica como dicen algunos noticiarios aquí en España.
Desde que estoy aquí he enseñado a las personas que tengo oportunidad que México es norteamérica por que así es la división geográfica. Pongo el ejemplo que leí por ahí en una entrevista que hacían a Pau Gasol y éste contaba que en Estados Unidos le ha tocado explicarles a los gringos que España no es México (ya que muchos gringos así lo suponen, al asociar el idioma español con México).
Ahora bien buscando en internet encontré lo siguiente: ñ

Los españoles dicen que es parte de Sudamérica, los estadounidenses dicen que está en Centroamérica, y hubo un sudamericano que dijo que México estaba "en otro continente". Otros más dicen que se localiza en el Caribe.La porción NORTE de México se encuentra indiscutiblemente en NORTEAMÉRICA.La porción CENTRO Y SUR (desde donde se hace angosto el país) forma parte de CENTROAMÉRICA.Parte de la península de Yucatán y sus islas, se puede considerar que forma la zona de EL CARIBE.Esto solo confirma la maravillosa diversidad que posee nuestro país.
Las coordenadas extremas que enmarcan el territorio mexicano son :
Sur :
14° 32´ 27´´ latitud norte, en la desembocadura del río Suchiate, frontera con Guatemala.
Norte:
32° 43´ 06´´ latitud norte, en el Monumento 206, en la frontera con los Estados Unidos de América.
Este :
86° 42´ 36´´ longitud oeste, en el extremo sureste de la Isla Mujeres.
Oeste:
118° 22´ 00´´ longitud oeste, en la Roca Elefante de la Isla de Guadalupe, en el Océano Pacífico.

jueves, 19 de julio de 2007

México se escribe con x

He recibido documentos del estado español: el permiso de conducir, el registro censal, el libro de familia, etc. donde los burócratas españoles escriben el nombre de mi país con "j". También me ha pasado que al dar instrucciones a la persona que me hizo la página web de mi empresa, pronunciaba "Méksico" cada vez que leía México, y cada vez que lo escribía: "Méjico".
Entonces con objeto de ir difundiendo la escritura correcta de México, les informo que a partir de la 22ª edición del Diccionario de la Real Academia la única grafía autorizada es con "x".
Ahora bien, "quienes argumentan que se debe utilizar la jota, explican que la equis es un arcaísmo, ya que en la Edad Media esta letra representaba al fonema fricativo palatal sordo –como en dixo- que ha evolucionado hasta transformarse en el fricativo velar sordo de dijo".
Sin embargo," en la Ortografía de la Lengua Española de la Real Academia Española (RAE), se señala que las versiones con jota deben reducirse, porque «se recomienda restringir su uso en atención a la tradición ortográfica del país americano».
El texto de la RAE agrega que aparecen «restos» de la grafía medieval en topónimos como Oaxaca y Texas, pero recuerda que en los Estados Unidos Mexicanos se sigue usando la equis en Xola, Mixcoac y otras palabras de origen maya o azteca."
Además, "Sealtiel Alatriste, editor y escritor mexicano, sostuvo que «México se escribe con equis, y hay que estar orgulloso», ya que esta letra habla de la tradición indígena de esta nación americana.

En su artículo «Se escribe con equis», Alatriste explicó que «la equis no proviene del sonido anglosajón “cs” sino del nahuatl “sh”, o sea que en el origen se decía “Méshico”, y la equis es el único grafismo que representa ese sonido».

El autor también agregó que esa letra «representa nuestra independencia» y que se cometería una injusticia de tipo gramatical e histórico si se cambiara una consonante por otra."

Comparto estos datos con ustedes para argumentemos con todo aquel que sea necesario que México se escribe con "x".

La información la tome de:
  1. Unidad en la diversidad. Portal informativo sobre la lengua castellana.
  2. Toponimia de México.

Por otra parte al consultar el Diccionario panhispánico de dudas me encontré con que:

México. La grafía recomendada para este topónimo es México, y su pronunciación correcta, [méjiko] (no [méksiko]). También se recomienda escribir con x todos sus derivados: mexicano, mexicanismo, etc. (pron. [mejikáno, mejikanísmo, etc.]). La aparente falta de correspondencia entre grafía y pronunciación se debe a que la letra x que aparece en la forma escrita de este y otros topónimos americanos (→ Oaxaca y Texas) conserva el valor que tenía en épocas antiguas del idioma, en las que representaba el sonido que hoy corresponde a la letra j (→ x, 3 y 4). Este arcaísmo ortográfico se conservó en México y, por extensión, en el español de América, mientras que en España, las grafías usuales hasta no hace mucho eran Méjico, mejicano, etc. Aunque son también correctas las formas con j, se recomiendan las grafías con x por ser las usadas en el propio país y, mayoritariamente, en el resto de Hispanoamérica.




Diccionario panhispánico de dudas ©2005



Real Academia Española © Todos los derechos reservados



lunes, 16 de julio de 2007

¡Viva México!



México en Barcelona.


Al estar aquí en Barcelona, durante casi dos años, noté hace unos días, al participar en un foro que se llama así mexicanos en Barcelona, cierta tendencia, de algunos participante a despreciar lo que es mi México.

La parte que me colmó el vaso es que en una participación de los administradores, comentaron que participan mexicanos y catalanes, indicando que se mostrara respeto. Sin embargo los insultos hacia México, son constantes. Observé que cuando respondí, algunas de mis intervenciones fueron censuradas, así sin más, "los administradores" no las publican mis participaciones donde uso palabras necesarias para dejar claro mi opinión sobre las ofensas a mi país. Así que por ello decidí ir publicando en este blog, mis opoiniones, sin más censura que la mía.